Pastores de ovejas en la miseria tras venir como trabajadores huéspedes
Aislados del mundo, con un salario de 750 dólares al mes y en las más duras condiciones, pastores de Peru y otros países, casi todos indígenas, piden ayuda. El gobierno acaba de publicar una regla que les aumenta el salario y otras protecciones, pero grupos que los defienden dicen que no es suficiente.
por lo menos nueve estados del país, unos 1600 trabajadores huéspedes con visas H2-A hacen uno de las labores más duras y peor pagadas en los Estados Unidos: pastores de ovejas.
Estos pastores, casi todos indígenas provenientes de Perú, Bolivia y algunos de México y Nepal, viven aislados con sus rebaños y sus perros y dependiendo para todo de sus patrones, sin poder cambiar de trabajo pues su visa depende de ello.
Según demandas presentadas por una organización de activistas latinos del estado de Colorado, Hispanic Affairs Project o HAP estos trabajadores viven en condiciones infrahumanas.
El “salario base” establecido por el Departamento federal del Trabajo para estos trabajadores huéspedes ha sido, por muchos años, de 750 dólares al mes, que equivale a unos 2 o 3 dólares por hora.
La organización acusa que la mayoría de los pastores trabaja a toda hora y sin días libres, no se les permite salir del rancho ni tener contacto con el mundo exterior y viven en “campitos” o pequeños trailers con poca o ninguna comodidad en zonas de mucho frío.
“Es un trabajo muy solitario y en la industria hay como un orgullo de mantener la tradición de cómo se hacía este trabajo durante más de 100 años”, dijo Ricardo Pérez, director ejecutivo de Hispanic Affairs Project en Colorado.
“Y se sigue haciendo como se hacía, un rebaño de 800 a 1200 ovejas, con sus perros y una vasta tierra pública donde los animales pueden estar libremente” agregó.
“Lo peor es que están sujetos a múltiples abusos, luego que los patrones los recogen del aeropuerto, los llevan al rancho y los prohíben salir ni hablar con nadie, so pena de ser reportados y deportados”, agregó el activista.
La demanda federal presentada por HAP alega que el Departamento del Trabajo ha fallado en su labor de regular la industria y de garantizar que no hay daño al trabajador doméstico y que no se cometen abusos en los programas de trabajadores temporales.
Los ranchos ovejeros que existen en diversos estados del oeste de Estados Unidos crían ovejas para producir carne y lana, productos que son valorados actualmente en cerca de 275 millones de dólares al año.
Aumento de salario, oposición de la industria
Nina Di Salvo, directora ejecutiva de Towards Justice, una organización de ayuda legal que asesora a HAP y presentó una demanda contra el gobierno y otra contra los rancheros en nombre de estos trabajadores.
Pero estas demandas no son las primeras. Una demanda anterior provocó que el Departamento del Trabajo reevaluara sus reglamentos y hace apenas unos días publicara nuevas reglas que aumentarán los salarios de estos trabajadores a 993 dólares mensuales en Noviembre y a 1,206 en diciembre.
Según un comunicado emitido por el Departamento del Trabajo: “La naturaleza de estos oficios, disponibilidad contínua 24/7 en lugares remotos y la escasez de trabajadores estadounidenses en los mismos, han hecho difícil el establecimiento de un salario mínimo adecuado , resultando en estancamiento de los salarios durante casi 20 años”.
La regla también incluye requisitos mínimos de vivienda para los trabajadores, por ejemplo disponibilidad de calefacción, y la obligación de los rancheros de proporcionar comida gratis y un mínimo de 4.5 galones de agua potable diarios a estos pastores.
La industria de la lana y la carne de cordero se ha resistido a estos cambios y ha dicho que terminará por cerrar muchos ranchos y la pérdida de más trabajos. El gobernador de Wyoming, entre otros, ha argumentado esto ante el gobierno federal y pedido que se anulen las nuevas reglas.
En junio, el gobernador de Wyoming, Matt Mead escribió una carta pidiendo al departamento del trabajo que “reconsiderara” las reglas, indicando que ponen una “gran carga en la industria” y hará que el programa sea “imposible de usar”.
Pérez, el activista, indicó que aún con el programa, muchos de los pastores ovejeros son indocumentados.
Los abusos son galopantes, dijo el activista, que con otros de su grupo va a las montañas y los llanos buscando a los pastores para conocer su situación y a veces simplemente para acompañarlos.
“Un boliviano que conocimos nos dijo que cuando llegó de Bolivia su patrón lo fue a buscar al aeropuerto, lo llevó al rancho y lo dejó en su campamento cerca de las ovejas”, contó. “A las 2 a.m. cuando el pastor estaba durmiendo el empleador vino y le tocó violentamente la puerta diciéndole que su obligación era trabajar”.
Agregó Pérez, “el pobre trabajador pensaba que no podía dormir y tenía que trabajar 24 horas al día”.
Di Salvo dijo que los nuevos reglamentos tampoco eran adecuados y que el Departamento del Trabajo debe responder por qué hay un trato diferente para estos pastores que para otros trabajadores huéspedes.
“El piso salarial en la nueva normativa es más alto de lo que era en la normativa anterior . Pero ese aumento realmente demuestra cuán absurdo era el piso salarial anterior y no que este sea adecuado”, dijo DiSalvo.
“Este es un sistema injusto y arbitrario”, dijo Dermot Lynch, abogado de los demandantes y de Towards Justice.
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Fundadora,Directora General Red de Peruanos en Utah*USA*
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Corresponsal Red Democratica del Peru
(1998-2011..)
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