Exigen acuerdo serio para XXI Cumbre del Cambio Climático en diciembre
Importantes voces alrededor del mundo exigirán este jueves ante la ONU llegar a un acuerdo serio en diciembre en París. Entre las voces, Noam Chomsky (EE.UU.) y Miguel Arias Cañete (Unión Europea).
Tras la vigésimo primera cumbre del cambio climático que tomará lugar en diciembre en París (Francia), importantes personalidades alrededor del mundo llaman a hacer una movilización de igual magnitud a la que se hizo en 1780 para la abolición de la esclavitud y en 1991 contra el apartheid en África.
“Cuando los seres humanos caminan juntos hacia un mismo fin o causa justa común, nada puede resistirlo”, declaró el clérigo y pacifista sudafricano Desmond Tutu. El lingüista y filósofo de MIT (Massachusetts Institute of Technology) en Estados Unidos, Noam Chomsky, y la periodista canadiense socialdemócrata, Naomi Klein, se unieron a los clamores de Tutu.
Dicen esta vez no hay vuelta atrás. Según ellos, los modos de producción y el modelo económico de turno a nivel global tienen que ser modificados cuanto antes.
“No queremos vernos obligados a sobrevivir en un mundo del que hayamos hecho algo prácticamente invivible”. Después de todo, “ni la esclavitud ni el apartheid terminaron porque los gobiernos así lo hayan querido: las movilizaciones masivas no le dejaron otra opción a los líderes políticos”, expresaron en el libro Stop Climate Crimes, según informó el diario británico The Guardian.
Fracasos anteriores
A 100 días de la COP21, el comisionado para el clima de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, advirtió la semana pasada sobre la imperante necesidad de llegar a un acuerdo en diciembre, sobre todo tras los fracasos de las conferencias anteriores, en especial la de 2012 en Copenhague. Así lo dijo también el embajador de Bolivia en las Naciones Unidas, Pablo Solón, en diciembre del año pasado.
“Terminaremos teniendo algo peor al protocolo de Kioto. Éste contenía niveles y compromisos de reducción de emisiones. Pero han cambiado el lenguaje: de compromisos a promesas. Ahora no son promesas sino 'contribuciones'”, declaró Solón.
En la reunión de 2012, ni Estados Unidos ni Japón, ni China ni Canadá –y luego se sumó Rusia– quisieron hacerle caso a las recomendaciones de las 500 páginas de Kioto. En consecuencia, estas recomendaciones fueron de tan solo el 15%.
Para entonces hacía seis años (2006) les habían dado un plazo para hacer ajustes dentro de los próximos cuatro (2010) con relación a los modos de producción (desarrollo sostenible) y así impedir la escasez de agua potable que los científicos han afirmado sufriremos dentro de poco. Han pasado nueve y todo se quedó en dicho 15%, pues los países que más contaminan son los de la lista, en especial EE.UU. que genera más de un 50% de la contaminación global.
El pacifista africano, por su parte, dijo que reducir las emisiones de dióxido de carbono no es solo una necesidad científica: “ha surgido como un nuevo reto para los derechos humanos en nuestra era”.
“Cuando los seres humanos caminan juntos hacia un mismo fin o causa justa común, nada puede resistirlo”, declaró el clérigo y pacifista sudafricano Desmond Tutu. El lingüista y filósofo de MIT (Massachusetts Institute of Technology) en Estados Unidos, Noam Chomsky, y la periodista canadiense socialdemócrata, Naomi Klein, se unieron a los clamores de Tutu.
Dicen esta vez no hay vuelta atrás. Según ellos, los modos de producción y el modelo económico de turno a nivel global tienen que ser modificados cuanto antes.
“No queremos vernos obligados a sobrevivir en un mundo del que hayamos hecho algo prácticamente invivible”. Después de todo, “ni la esclavitud ni el apartheid terminaron porque los gobiernos así lo hayan querido: las movilizaciones masivas no le dejaron otra opción a los líderes políticos”, expresaron en el libro Stop Climate Crimes, según informó el diario británico The Guardian.
Fracasos anteriores
A 100 días de la COP21, el comisionado para el clima de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, advirtió la semana pasada sobre la imperante necesidad de llegar a un acuerdo en diciembre, sobre todo tras los fracasos de las conferencias anteriores, en especial la de 2012 en Copenhague. Así lo dijo también el embajador de Bolivia en las Naciones Unidas, Pablo Solón, en diciembre del año pasado.
“Terminaremos teniendo algo peor al protocolo de Kioto. Éste contenía niveles y compromisos de reducción de emisiones. Pero han cambiado el lenguaje: de compromisos a promesas. Ahora no son promesas sino 'contribuciones'”, declaró Solón.
En la reunión de 2012, ni Estados Unidos ni Japón, ni China ni Canadá –y luego se sumó Rusia– quisieron hacerle caso a las recomendaciones de las 500 páginas de Kioto. En consecuencia, estas recomendaciones fueron de tan solo el 15%.
Para entonces hacía seis años (2006) les habían dado un plazo para hacer ajustes dentro de los próximos cuatro (2010) con relación a los modos de producción (desarrollo sostenible) y así impedir la escasez de agua potable que los científicos han afirmado sufriremos dentro de poco. Han pasado nueve y todo se quedó en dicho 15%, pues los países que más contaminan son los de la lista, en especial EE.UU. que genera más de un 50% de la contaminación global.
El pacifista africano, por su parte, dijo que reducir las emisiones de dióxido de carbono no es solo una necesidad científica: “ha surgido como un nuevo reto para los derechos humanos en nuestra era”.
801-833-279
Fundadora,Directora General Red de Peruanos en Utah*USA*
E-mail:redperuenutah@gmail.com
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Corresponsal Red Democratica del Peru
(1998-2011..)
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Por una política exterior democrática en el Perú